En las cuestiones educativas ya se habían empleado algunos ajustes desde la creación de la universidad nacional en Colombia en el año 1867.

En el año de 1870 siendo elegido presidente Eustorgio Salgar quiso continuar fomentando el estudio de las ciencias contando con la participación y patrocinio de la academia de ciencias naturales y el Liceo Colombiano.

Ocupándose de que dentro de la enseñanza se diera gran importancia al derecho la medicina y la filosofía sin abandonar todo aquello que durante el siglo XIX era sinónimo de progreso como lo eran las ciencias y técnicas modernas; expidiendo un decreto orgánico de instrucción pública primaria; dicho decreto fue ejecutado el 1 de diciembre de 1870, y en su contenido se expresaba la obligación de estudiar a todos aquellos que se encontraran entre los 7 y los 15 años, de manera gratuita.

Ante la comunidad este decreto contaba con algunas falencias de las que la iglesia se hizo cargo de difundir. Estas consistían en el simple hecho de que no se decretaba que los maestros que le darían instrucción a los niños debían ser católicos, ni se exigía el desarrollo de clases de religión, y por el contrario se acudió a maestros que provenían de Alemania que en esa época ciertamente eran catalogados como protestantes y que al no seguir las tradiciones religiosas llevarían a los niños y en un futuro a la comunidad a la tiranía.

Finalmente la reforma fracaso principalmente por las críticas que lo catalogaron como un ataque frontal al catolicismo; desencadenando así la guerra civil de 1876